Los dedos y la política en Egipto: la historia de un símbolo
Cinco años han pasado de la prohibición del símbolo de Rabi’a (رابعة) (Rabia, Rabaa o R4BIA) en Egipto, que desde el nacimiento de su idea hasta su posterior diseño y difusión, se ha visto relacionado con diferentes sucesos que hacen de él un símbolo difícil de olvidar.
Acampados en la plaza de Rabi’a al-‘Adawiya, los manifestantes levantaban sus manos con cuatro dedos alzados como representación del lugar donde se encontraban (Rabi’a en árabe es cuarta), surgiendo en respuesta a la multitud que se encontraban en la plaza Tahrir, que con los dedos en uve en señal de victoria, coreaban cánticos contra el recién derrocado presidente, Muhammad Mursi.
Tras la Masacre de Rabi’a en agosto de 2013, el gesto adquirió representación gráfica: una mano con cuatro dedos alzados de color negro sobre fondo amarillo. Este, fue difundido por internet e impreso sobre papel y todo tipo de prendas y objetos, siendo manifestado por personajes públicos de distintos ámbitos, representando según sus portadores una forma de solidaridad con las víctimas, resistencia y reclamo de legitimidad.
La enorme propagación del símbolo, empujó a los autores de la Masacre a lanzar una campaña de desprestigio del mismo, siendo apoyada por medios de comunicación y activistas que alegaban que el símbolo poseía un origen masónico. En contrapartida, la prensa árabe se hizo eco de una entrevista a los diseñadores del símbolo realizada por un diario turco. La noticia no solo desvelaba la nacionalidad turca de los diseñadores, sino que ahondaban en las peculiaridades del propio diseño, y de cómo los colores utilizados dotaban al símbolo de un carácter islámico, donde la diseñadora Saliha Eren, declaraba que el amarillo simboliza la Cúpula de la Roca, y el negro la Kaaba, mientras que el otro diseñador, Cihad Dullen, manifestó que el negro es por la Kaaba y el amarillo por la tristeza.
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Los diseñadores del símbolo Cihad Dullen y Saliha Eren |
Días después, la prensa árabe estalla con la noticia de que Erdoğan alza cuatro dedos en solidaridad con las víctimas de Rabi’a, afirmando que la plaza se ha convertido en un símbolo contra el golpe de Estado militar perpetrado por el General al-Sisi, suceso que cambiaría la ecuación política radicalmente, otorgando al nuevo gobierno la oportunidad de mostrar el símbolo como prueba vinculante de los Hermanos Musulmanes con agendas políticas extranjeras, hecho que no solo llevó a los no pertenecientes a los HHMM a despojarse del símbolo, sino que allanó el camino a que al-Sisi lo prohibiera e impusiera castigos a quienes lo manifestaran de cualquier forma.
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El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan alzando cuatro dedos |
La prohibición del símbolo de Rabi’a no supuso más que su refuerzo, de hecho, se crearon plataformas dedicadas y se difundió la opereta “Kanat Ishara” (كانت إشارة), en la cual participaron artistas árabes y extranjeros que cantaron en varios idiomas sobre el símbolo y las causas que representó.
Cabe remarcar que la plaza con la que se relaciona el símbolo perdió su nombre debido a un decreto presidencial en 2015. Por otro lado, la mezquita de Rabi’a al-‘Adawiya —quemada durante la Masacre—, fue restaurada pero cerrada al público por decisión ministerial bajo el pretexto de prevención del terrorismo. Teniendo en cuenta que los autores de la masacre de Rabea siguen indemnes, me surge la duda: ¿Todo esto no supone un intento de memoricidio?




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